Crónicas de Armagedón: El ascenso de los Akashas, publicada por Editorial Tintapujo

Un (des)censo al conflicto eterno, donde el final no es redención, sino ceniza
Cuando una roca surcó el cielo envuelta en llamas, los humanos miraron hacia arriba, ajenos al verdadero significado de ese presagio. No fue un meteorito, ni una casualidad cósmica: fue un fragmento de guerra. Así comienza Crónicas de Armagedón: El ascenso de los Akashas, la nueva novela de ciencia ficción oscura y épica del autor Venezolano J.N. Arrieta, que crea un universo donde el tiempo, la esperanza y la humanidad misma parecen resquebrajarse ante fuerzas que los superan.
J. N. Arrieta no ofrece una historia de redención ni héroes inmolados en gestos grandilocuentes. Nos entrega un testimonio —crudo y sin adornos— de una guerra que comenzó mucho antes de que los humanos tuvieran nombre… y que tal vez ya está perdida. En esta obra, los Akashas y los Heraldos del Vacío no representan simples bandos opuestos: son entidades arquetípicas en conflicto eterno, cuyos ecos llegan a la Tierra sin previo aviso, arrastrando a la humanidad a una guerra que jamás comprendió.
“No fue un accidente, no fue una coincidencia” Así sentencia una y otra vez la narrativa, como un mantra sombrío. La guerra no es elegida; es heredada. Los humanos, atrapados en medio de este conflicto cósmico, son testigos y víctimas más que protagonistas. Es aquí donde Arrieta subvierte la tradición de la ciencia ficción heroica: no hay salvadores, solo fragmentos de verdad enterrados en los escombros. Cada capítulo es una advertencia disfrazada de épica, un recordatorio de que, en este universo, no todos los relatos de guerra tienen un final… al menos no uno que se pueda contar.
Y si el lector espera una salida gloriosa, Arrieta se anticipa: “…y si crees que hay un final feliz esperando al final del camino…” Ese “si” se convierte en una grieta por donde se cuela toda la desesperanza del libro. Porque no hay final feliz, solo cenizas. Y lo más inquietante es que, a pesar de todo, seguimos buscando uno.
Crónicas de Armagedón: El ascenso de los Akashas se sitúa en un punto intermedio entre la narrativa épica y el existencialismo. A través de su prosa asfixiante, el autor interpela al lector: ¿cómo se lucha en una guerra que no se comprende? ¿Qué sentido tiene resistir si la derrota es el punto de partida?
Lejos de dar respuestas, el autor nos lanza al abismo y nos obliga a mirar. Ese es su mayor mérito.
Crónicas de Armagedón: El ascenso de los Akashas no es una novela para quienes buscan consuelo. Es una obra para quienes aceptan que algunas batallas se libran sin esperanza… y que aún así deben contarse. J.N. Arrieta nos ofrece un debut potente y profundamente humano, en un universo donde el heroísmo ha sido consumido por el vacío.
A lo largo de la novela, J.N. Arrieta desafía la noción de un final feliz. La humanidad, atrapada en medio de fuerzas que la superan, debe enfrentar la realidad de que la victoria no es una opción, sino una mentira que desean creer. El autor juega con esta idea, presentando un mundo donde las cenizas son el único legado tangible de la batalla. Esta novela es un testimonio de la fragilidad humana en el vasto universo de conflictos que tal vez nunca comprenderemos del todo.
J.N. Arrieta. Escritor venezolano nacido entre libros, ideas y silencios que se transformaron en palabras. Amante la ciencia ficción, la fantasía y el romanticismo, con un toque inevitable de sarcasmo y humor negro. Se tituló en Educación, mención Castellano y Literatura, en la Universidad de Los Andes, Núcleo Trujillo, Venezuela, obtuvo un Máster en Gerencia Educativa en la Universidad Rafael María Baralt. Más allá de las aulas y los títulos, encontró otro lenguaje en la cocina: es cocinero profesional y cree firmemente que cada sabor cuenta su propia historia.